1. Opus 1984.2 2. Time To Die 3. Unholy Grail 4. Duck & Cover 5. Burning Prophets 6. Together Apart 7. Prisoner Of Fate 8. Killing Spree 9. Atmosfear 10.True As Lies (feat. Steve "Lips" Kudlow) 11. World War Z 12. Into The Abyss
Si el cuero ha sido desde siempre una de las principales industrias de la ciudad de Schleswig, no es de extrañar que tarde o temprano esta localidad diera a luz... ¡una banda de estirpe metálica! Partiendo de esta premisa, en 2004, de la mano del cantante y guitarrista Ricky Wagner, Rezet empezaron un camino que ya suma un buen puñado de maquetas, cinco elepés (“Have Gun, Will Travel”, “Civic Nightmares”, “Reality Is A Lie”, “Deal With It!” y “Truth In Between”) y tres epés (“Toxic Avenger”, “You Asked For It” y New World Murder), el último de los cuales, fechado hace tres años, se erigía hasta ahora como su última referencia discográfica.
Como en cualquier largo viaje, las amargas despedidas y las entusiastas incorporaciones han estado a la orden del día, siendo actualmente el batería Bastian Santen, el bajista Lorenz Kandolf y el guitarrista polaco Nikolay Atanasov (ex-Agent Steel) quienes, junto con el mencionado Wagner, conforman el batallador cuarteto teutón.
El plástico publicado a finales del pasado mes de agosto ha sido nuevamente producido por Eike Freese (quien ha trabajado con bandas como Deep Purple, Apocalyptica, Heaven Shall Burn o Gamma Ray) en los Chameleon Studios de Hamburgo, mientras que la distópica imagen de la portada ha salido del lápiz de Pär Olofsson (Exodus, Traitor, Aborted, etc.).
Como puede desprenderse de cualquier título homónimo como el de este sexto trabajo, Rezet se disponen a afrontar un momento crucial después de veinte años de carrera, y por ello publican un disco sin artificios a través del cual buscan consolidar y reafirmar su sello, y lo hacen uniendo los elementos más granados de su discografía, aquellos que transitan por los parajes del thrash metal más seminal y clásico de las bandas norteamericanas -tanto las de la zona de la bahía como las de la ciudad de los rascacielos- de finales de los ochenta y principios de los noventa del siglo pasado, sin que esto les impida hacer alguna guiño a una mirada más ancha del estilo, si se me permite el oportuno juego de palabras.
Opus 1984.2 es la breve introducción con piano, dramática, invariable e hipnótica, que sirve de preámbulo a Time To Die, la pieza más rápida y virulenta de todas las que escucharemos y que sirve como inmejorable carta de presentación del álbum. Una batería que funciona como una auténtica apisonadora da paso a unos versos de ritmo sincopado que nos acompañará hasta el accesible e implacable estribillo al final del cual irrumpen las cuerdas de Nikolay Atanasov.
Unholy Grail arranca con un gran riff y un deje en la voz de Wagner que nos puede recordar a la de Dave Mustaine, pero que se esfuma tan pronto como el cantante encara la fantástica estrofa principal, inusualmente melódica en un disco de estas características. La pieza apareció como primer adelanto del trabajo y sin lugar a duda puede captar la atención de un sector de público tradicionalmente alejado del thrash más clásico. Excelente solo, por cierto.
Duck & Cover es pesada y densa, con una cadencia palpitante y un motivo musical perenne. Un tema donde el meritorio trabajo de Nikolay destaca nuevamente.
Burning Prophets es bastante anodina y tiene poco jugo. Más allá de su ritmo entrecortado y el título repetido hasta la extenuación, es la apocalíptica batería de Bastian Santen la protagonista absoluta.
Unas notas arpegiadas introducen a Together Apart, una power ballad que cumple punto por punto con los cánones establecidos: intensidad in crescendo con el punto álgido coronado por el estribillo y un sentido solo con armonía final cien por cien Metallica. Una pieza que ronda un camino inhóspito para la formación y seguramente sorprendente para sus seguidores.
El riff veloz y el ritmo sincopado de Prisoner Of Fate no aportan nada nuevo a primera vista, pero todo toma una nueva dimensión cuando llega la devastadora sección instrumental previa al solo, con Lorenz Kandolf pulsando impunemente las atronadoras cuerdas de su bajo.
Killing Spree es una auténtica salvajada por obra y gracia de un riff monstruosamente brutal y unos descarnados coros castrenses. Una pista con la que los alemanes recuperan el rumbo que parecían haber perdido con las últimas canciones.
Unos coros eclesiásticos y un oscuro arpegio marcan los primeros compases de Atmosfear, un tema donde una desnuda línea de abajo acompaña la media voz de Ricky que posteriormente arranca rabiosa, una jugada habitual en las interpretaciones vocales de Mustaine, lo cual no hace más que confirmar que Megadeth es una de las principales influencias de los germanos.
True As Lies es un corte feroz, de aire roquero y de fácil digestión que cuenta con la participación a la guitarra de “Lips” Kudlow de los canadienses desventurados Anvil.
World War Z, nada que ver con el título de la novela de Max Brooks, socava en la vertiente de la escuela neoyorquina, mientras que Into The Abyss es instrumentalmente variada -no en vano es uno de los temas más extensos del disco- con largos desarrollos y diversos cambios de ritmo que nos dejan un buen sabor de boca.
Rezet es un disco que suena sólido, directo, agresivo y que en determinadas canciones procura ir más allá de los parámetros del thrash metal. El cuarteto tudesco es una de las muchas bandas honestas que se mantienen en la retaguardia abasteciendo de acero la maquinaria del metal. Ellos son los primeros que tienen claro de dónde vienen y hacia dónde van y no pretenden engañar a nadie con su propuesta musical. ¡Escúchalos!
Sitio web: www.rezet.de (M. M.)