miércoles, 5 de junio de 2024

IRONBOUND: “Serpent’s Kiss” (2024) (Ossuary Records)

 

1. Doomsday To Come 2. Holy Sinners 3. Serpent's Kiss 4. The Destroyer Of Worlds 5. The New Dawn 6. Forefathers’ Rites 7. Vale Of Tears 8. The Healer Of Souls

Recién salido del horno llega a nuestras manos el segundo larga duración de Ironbound, de título “Serpent’s Kiss”, un trabajo precedido en el tiempo por la maqueta “She-Devil” (2017), el sencillo “Witch Hunt / Lifeblood” (2018) y la opera prima “The Lightbringer” (2021).
Desde el primer surco del disco queda patente que el propósito de la banda no es otro que ensanchar la base sonora del estilo surgido con la eclosión de la NWOBHM para celebrar con ello la obra y milagros de su formación de cabecera, los londinenses Iron Maiden.
Un hecho como este no debería ser negativo per se (cada uno debe expresarse a su libre antojo, faltaría más), pero cuando es más que evidente que el modelo de la dama de hierro da muestras de entumecimiento, favorecido por su personal e implacable sello, encontrarnos con una banda que revisita todos los tics punto por punto y en grado supino (a saber: melodías armonizadas de guitarra, bajo cabalgante, rimbombantes redobles de batería y una voz de tesitura cercana a la de Blaze Bayley, aunque de matices más limitados), nos hace reflexionar sobre si es preciso estirar tanto el chicle, cuando tal vez éste ya no dé para más.
Pero para gustos colores y como no somos nadie para dilapidar la labor de aquellos que con su música alimentan nuestras almas -más allá de dar una simple y mera opinión-, debemos ser justos con la agrupación polaca formada en la ciudad de Rybnik en 2014 por Zbigniew Bizoń en el bajo, Adam Całka en la batería, Łukasz Krauze en la voz y Michał Halamoda y Krzysztof Całka en las guitarras, y valorar sus temas en su justa medida, dejando de lado los prejuicios propios.
Doomsday To Come rezuma cien por cien esencia maiden, contiene un estribillo muy bien construido y da muestras fehacientes del excelente rendimiento que Michał Halamoda ofrecerá a las partes solistas de guitarra a lo largo de todas las pistas. Este profundo apego que los polonos tienen por la banda de Steve Harris se hace todavía más evidente con el segundo corte Holy Sinners, el ejemplo más claro que encontraremos de la devoción absoluta que Ironbound rinde a los británicos.
El tema que da título al disco nos acerca a un estilo más personal y menos encorsetado, permitiéndonos disfrutar del lance entre el golpeo de los tambores y los riffs por parte de los hermanos Całka, así como de un par de fantásticos solos, mientras que The Destroyer Of Worlds, con una hipnótica línea de guitarra, una arrolladora instrumentación y una combinación de diferentes atmosferas, nos brinda otra estrofa principal excelentemente hilvanada.
The New Dawn empieza calmoso para dar paso a un medio tiempo sin mayores pretensiones, Forefathers’ Rites retoma el pulso con otra laboriosa interpretación solista a cargo de Halamoda, del mismo modo que también lo recupera el siguiente tema, Vale Of Tears, aunque ninguno logre evitar que la segunda mitad del trabajo se suma en la apatía. Finalmente, la extensa The Healer Of Souls impregna de épica los últimos minutos del álbum al que poco más nos queda por añadir, salvo una irrebatible proclama: Up the Irons!
Sitio web: www.facebook.com/ironboundpl  (M. M.)

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