1. The Everlasting Dream Of Flight 2. The Shadow Out Of Time 3. Pride And Glory 4. Eternally Bound 5. Tears Of A Soldier 6. Never Seen Again 7. Avarice (The Fourth Circle) 8. Demon Rider 9. Insanity And Genius 10. The Last Stand
Si durante alguna de sus primeras fechas en Estocolmo, las huestes de Steve Harris engendraron por allí algún hijo bastardo, sin miedo a equivocarnos este debe ser miembro de Starblind. Y es que todo lo que envuelve a estos suecos lleva el inalterable ADN de Iron Maiden: desde el propio nombre de la banda hasta la estructura de los temas, las armonías y la construcción de los solos de guitarra, sin olvidar los habituales redobles de timbales y el archiconocido bajo galopante, todo sin excepción busca clonar descaradamente el sonido de los británicos.
Para la grabación de este tercer trabajo -precedido por “Darkest Horrors” (2013) y “Diying Son” (2015)- Daniel Tillberg al bajo, Zakarias Wikner a la batería y Björn Rosenblad y Johan Jonasson a las guitarras nos presentan a un nuevo cantante, presente en la figura del ex-Rocka Rollas Marcus Sannefjord Olkerud, quién a pesar de poseer un rango más agudo que el de Dickinson acaba calcando las características inflexiones vocales de Bruce en casi todos los temas.
Pero que nadie se sienta engañado, la hoja promocional de “Never Seen Again” lo deja muy claro: Con este álbum la banda da otro paso y si todavía tienes problemas con el material actual de Iron Maiden, deberías probar con Starblind.
Consideraciones a parte, debemos reconocer que nos encontramos ante un intachable disco de heavy metal enmarcado dentro de la NWOTHM, en el que Starblind lucha en momentos puntuales por desarrollar un sonido propio en piezas como The Shadow Out Of Time -con una brillante interpretación de Marcus y unos eficaces coros que arropan su voz antes del estribillo-, Avarice (The Fourth Circle) -veloz, melódica, con un estribillo claro y directo y un fantástico solo compartido- o Demon Rider -un medio tiempo épico a lo Hammerfall con un marcado riff- en donde dejan entrever buenas ideas.
Pero en el otro lado de la balanza, yendo un paso más allá de la simple inspiración, encontramos mil y un detalles tomados directamente del manido ideario de la Doncella de Hierro y que estos ya han repetido hasta la saciedad en sus álbumes. Sirvan como ejemplo las típicas armonías de guitarras de Pride And Glory o The Last Stand (con unos cánticos que recuerdan la melodía del estribillo de Sign Of The Cross), el inicio semi-acústico de guitarras entrelazado con las notas de bajo de la emotiva Eternally Bound, el recurrente cambio de tempo que invitada a saltar al público de Tears Of A Soldier o la atmósfera general que envuelve al resto de canciones del disco.
“Never Seen Again” es un álbum hecho por y para fans acérrimos de Iron Maiden, aunque el auténtico potencial de Starblind se adivinará cuando dejen de lado la intención de convertirse la marca blanca de los ingleses.