Rockarollisticamente hablando el 2011 fue un año de muchos altibajos. Los varios cambios de integrantes del staff fueron una constante, motivados en algunos casos por la falta de tiempo, las obligaciones preasumidas o causas de fuerza mayor, mientras que en algunos otros las razones fueron la irresponsabilidad, la falta de seriedad o simplemente por entender que este “trabajo” debía ser económicamente remunerado. Y aquí justamente quiero detenerme para ensayar un par de reflexiones y trazar un paralelo con mis años iniciales en el heavy metal.
Allá a mediados de la década del ’80 participar de un fanzine, de un programa de radio o de cualquier actividad que tuviese que ver con la difusión del movimiento metalero era motivo de orgullo y satisfacción. Así pues, era habitual ver ferias de intercambios de cassettes, juntadas de unos pocos con el solo fin de hablar de las bandas que nos gustaban y hasta algunos (los mas osados) se animaban a organizar algún que otro recital que a duras penas convocaban dos o tres decenas de asistentes. Cualquier actividad servía, se entiende?
Pero aparte había otro lazo que nos unía, uno invisible, tácito e intangible, pero tan fuerte como los eslabones de Obligado: la pasión por nuestra música. Y esa misma pasión nos hacia dar todo sin esperar nada a cambio, usar nuestro tiempo libre en difundir el rock y el metal de las formas mas disímiles, forjando así un movimiento under tan fuerte que aun perdura en nuestros días.
Hoy, que los tiempos han cambiado, las nuevas generaciones de oyentes metálicos no poseen ese fuego sagrado que nos movilizaba a los que ya pasamos los 40. Hoy son pocos los que están dispuestos a dar algo de sí mismos por el solo hecho de dar, de promover, de difundir, o lo que es peor, son pocos los que tienen el deseo de participar y sacar el culo de delante de sus monitores para hacer algo mas productivo que bajar discos y poner “me gusta” en los Facebooks de sus artistas favoritos.
Es así, estoy metido en esto desde hace ya casi 30 años y como nunca veo tanta desidia y desinterés en los mas jóvenes. La sangre nueva parece no ser tan buena, y los invito a hacer una sencilla prueba en internet: fíjense cuantos blogs de descargas de discos hechos por fans existen, y por contrapartida cuantos sitios de información y comunicación. Allí, en ese resultado casi estadístico, esta la síntesis de lo que les hablo: hay más interés en postear el último de cualquier banda que en solidificar las bases del movimiento metalero mediante la opinión, el discernimiento y la información. Es decir que las fuerzas están, pero están mal direccionadas. Al que le quepa el sayo, que se lo ponga.
Bienvenidos al 2012…
Allá a mediados de la década del ’80 participar de un fanzine, de un programa de radio o de cualquier actividad que tuviese que ver con la difusión del movimiento metalero era motivo de orgullo y satisfacción. Así pues, era habitual ver ferias de intercambios de cassettes, juntadas de unos pocos con el solo fin de hablar de las bandas que nos gustaban y hasta algunos (los mas osados) se animaban a organizar algún que otro recital que a duras penas convocaban dos o tres decenas de asistentes. Cualquier actividad servía, se entiende?
Pero aparte había otro lazo que nos unía, uno invisible, tácito e intangible, pero tan fuerte como los eslabones de Obligado: la pasión por nuestra música. Y esa misma pasión nos hacia dar todo sin esperar nada a cambio, usar nuestro tiempo libre en difundir el rock y el metal de las formas mas disímiles, forjando así un movimiento under tan fuerte que aun perdura en nuestros días.
Hoy, que los tiempos han cambiado, las nuevas generaciones de oyentes metálicos no poseen ese fuego sagrado que nos movilizaba a los que ya pasamos los 40. Hoy son pocos los que están dispuestos a dar algo de sí mismos por el solo hecho de dar, de promover, de difundir, o lo que es peor, son pocos los que tienen el deseo de participar y sacar el culo de delante de sus monitores para hacer algo mas productivo que bajar discos y poner “me gusta” en los Facebooks de sus artistas favoritos.
Es así, estoy metido en esto desde hace ya casi 30 años y como nunca veo tanta desidia y desinterés en los mas jóvenes. La sangre nueva parece no ser tan buena, y los invito a hacer una sencilla prueba en internet: fíjense cuantos blogs de descargas de discos hechos por fans existen, y por contrapartida cuantos sitios de información y comunicación. Allí, en ese resultado casi estadístico, esta la síntesis de lo que les hablo: hay más interés en postear el último de cualquier banda que en solidificar las bases del movimiento metalero mediante la opinión, el discernimiento y la información. Es decir que las fuerzas están, pero están mal direccionadas. Al que le quepa el sayo, que se lo ponga.
Bienvenidos al 2012…