jueves, 15 de agosto de 2019

EDEN: “El despertar de los sueños” (2019) (Duque Producciones)


1. Vuelve 2. Destierro en el tiempo 3. Perdido estoy 4. Sangre de metal 5. No puedo sentir 6. Traición 7. Desde el aire 8. Corazón 9. Errores del ayer 10. Angel negro 2.0

Tras pasar los últimos años en los astilleros, los asturianos Eden han vuelto a la palestra publicando “El despertar de los sueños”, un quinto álbum con el que quieren marcar un antes y un después en su dilatada carrera, iniciada en 2002 e interrumpida temporalmente en 2014.
Después de un impasse de dos años, el guitarrista y cofundador Javier Díaz decidió volver al ruedo con nuevos bríos y una formación completamente renovada, compuesta por el también guitarrista Eneko Ramos, el cantante Gaspar Braña, el bajista Juanjo Díaz y el baterista Adrián Menéndez. Con esta alineación, la banda ha registrado un impecable disco a caballo entre el heavy metal y el heavy rock con trazas de power europeo, caracterizado por las grandes melodías, los pegadizos estribillos, el protagonismo de las guitarras y la pulcritud del sonido (no en vano, Alberto Rionda de Avalanch se ha encargado de la mezcla y la masterización de la obra).
Con la performance de Braña tengo sentimientos encontrados: por un lado, es el tipo de cantante que me gusta (con un rango vocal capaz de alcanzar gritos agudos estratosféricos y una manera muy personal de encarar las melodías), pero por el otro, y en mi opinión de oyente, interpreta en un tono excesivamente agudo algunos versos. Por otra parte, y en relación con las guitarras, me encuentro ante una nueva disyuntiva: si bien atesoran una gran riqueza compositiva, me habría gustado encontrar mayor dinamismo en la digitación de algunas melodías y en ciertos solos. Pero dejemos a un lado las conjeturas y vayamos al lio… 
Vuelve empieza con un épico y cinematográfico preludio instrumental que da la entrada a la melodía de guitarra con un desbocado doble bombo en la segunda vuelta, atesora unas preciosas voces dobladas en el puente y un grandioso estribillo con un registro vocal muy alto y las seis cuerdas adornándose de lo lindo. Perdido estoy tiene un sonido general muy hardroquero, una demoledora estrofa principal definitivamente adictiva y magistralmente guiada por los teclados, y unos coros en la parte central de la canción pensados por y para el directo. Sin abandonar ese maravilloso riffage roquero, nos encontramos con No puedo sentir, una pieza que comienza con teclado, chelo y violín (tocados con suma exquisitez por el ex-Eden Vicente Fernández, Júlia Martínez y Valeria Gaya, respectivamente) para dar paso más tarde a una nueva muestra de derroche de facultades por parte de Gaspar.
Sangre de metal es un canto dedicado a la comunidad metalera, musicalmente intachable, con un riff veloz, una arrolladora batería y un hímnico estribillo como no podía ser de otra forma. Traición es oscuro y de cadencia arrastrada, mostrando una dimensión inédita del grupo, como también sucede, aunque en menor medida, con Errores del ayer. El gañido de un halcón es el premonitorio preámbulo de Desde el aire, que tiene un riff espectacular y un estribillo melódicamente excelente y súper pegadizo. Por si fuera poco, el tema cuenta con la participación estelar de Isra Ramos (Avalanch) -quién va alternándose las estrofas con Braña hasta fundirse ambas voces en el estribillo- y la sensibilidad de la cantante Noelia Fuente para acabar de redondear la rutilante composición. Finalmente, Ángel negro 2.0 es la regrabación del corte perteneciente a su disco “Quattro” y en donde aparecen como invitados su anterior cantante, Óscar Nieto, y también el teclista.
Como los propios Eden afirman, con “El despertar de los sueños” han vuelto para quedarse y hacer realidad sus ilusiones dormidas. ¿Les acompañarás en su nueva gesta?
Sitio web: www.eden-metal.com (M.M.)

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