domingo, 8 de diciembre de 2019

NOCTURNIA: “La tempestad” (2019) (Duque Producciones)


1. Siempre hay un lugar 2. Cenizas 3. Negro sentimiento 4. Tempestad 5. Leviatan 6. Estigma 7. Heroes de bronce 8. Ahora que no estás 9. Hijos de la derrota 10. Sólo un instante 11. Soy la tormenta

Desde Toledo, en plena Mancha castellana, nos llega “La tempestad”, el sexto desafío discográfico de Nocturnia, cuyos trabajos anteriores han sido siempre objeto de estudio en RRWZ. En este nuevo álbum, la banda alcanza un nuevo cénit creativo, en el cuál -sin abandonar su power metal melódico- despliegan, como ellos mismos afirman, un sonido más duro, potente y directo que confiere mayor contundencia a los temas. En esta madurez y evolución juegan un papel determinante el crecimiento apreciado en la voz de Alberto Symon que, en éste su segundo trabajo con la banda, muestra una mayor gama de matices que en su antecesor “Tierra de cobardes” (integrándose a la perfección con los cada vez más habituales guturales de César Arroyo), y la abrumadora relevancia -mayor, si cabe, que en otras producciones- de los teclados de Gómez-Selles, aportando la suma de ambos aspectos unas sobresalientes líneas melódicas. 
El disco se abre con Siempre hay un lugar, con la voz de Alberto subiendo varios tonos hasta llegar al estribillo, en donde el veloz doble bombo -inconmensurable la labor de Jose Roldán a lo largo de todas las pistas-, el protagonismo de las teclas y una vertiginosa línea de guitarra construyen un tema cien por cien Nocturnia. Cabe destacar que, tras la grabación de este redondo, los guitarristas fundadores Rober y Salva han abandonado la formación, entrando en su lugar Javier Villanueva (Easy Rider) y Manu Acilu (Death & Legacy).
Los modernos sintetizadores de Cenizas dan paso a un frenético ritmo entrecortado de guitarra, con la voz gutural del bajista en la parte final del puente, el cantante doblándose la suya en el estribillo y un magnífico solo de Alberto Rionda quién también se ha encargado de la producción. 
La estructura de Negro sentimiento incluye unos fantásticos y sutiles cambios de ritmo, mientras que Tempestad es un medio tiempo de musculosas guitarras, con una segunda estrofa que irrumpe con un ritmo sincopado en donde voces limpias y guturales se encuentran en un final cargado de intensidad. 
Leviatan empieza con un fantástico riff secundado por los teclados que introducen la primera estrofa ataviada con unos brutales redobles de batería, mientras que en la segunda los arrolladores guturales que la poseen son tan terroríficos como la demoníaca criatura a la que cantan. Heroes de bronce es la épica por excelencia: las preciosas sonoridades orquestales son la antesala de un pesado riff y una melodía de guitarra cargada de tintes heroicos, mientras que las voces de Alberto y César -guiadas por un cortante ritmo palpitante y unos sintetizadores disparados entre las palabras de cada verso- van alternándose diferentes fragmentos, dotando al tema de una inusitada potencia basada en el contraste de ambos registros. 
Las melódicas teclas escoltadas por unas musculosas guitarras introducen Ahora que no estás, un rutilante medio tiempo que va ganando en intensidad hasta culminar en el emotivo estribillo. La banda vuelve a poner la directa en la galopante Hijos de la derrota que abraza un sentido y pegadizo verso principal, y cierra por todo lo alto su más reciente capítulo con Soy la tormenta, repleta de ricas variaciones de tempo y una última andanada de guturales.
Excelente trabajo de una gran banda -resiliente por definición- que, sin abandonar su personal sello, crece en cada nuevo álbum. ¡Recomendadísimo!

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